jueves, 27 de octubre de 2011

Cazadores de Sombras

Fragmento

Capitulo 11 - Magnus Bane

... Habia una vez un niño. Cuando el niño tenia seis años, su padre le dio un halcon para que lo adiestrara. Los halcones son aves rapaces... que matan pajaros, le dijo su padre, son los cazadores de sombras del cielo.
Al halcon no le gustaba el niño, y al niño tampoco le gustaba él. Su pico afilado lo ponia nervioso, y sus ojos brillantes siempre parecian estarlo vigilando. El ave le atacaba con el pico y las garras cada vez que se acercaba a él. Durante semanas, no dejaron de sangrarle las muñecas y las manos. El no lo sabia, pero su padre habia seleccionado un halcon que habia vivido salvaje durante mas de un año, y por lo tanto era casi imposible de domesticar. Pero el niño lo intento, porque su padre le habia dicho que hiciera que el halcon le obedeciera, y él querua complacer a su padre.
Permanecia junto al ave constantemente, hablandole para mantenerla despierta e incluso poniendole musica, porque se suponia que una ave cansada es mas facil de domar. Aprendio a manejar el equipo: las pihuelas, el capuchon, la caperuza, la lonja, la correa que sujetaba el halcon a su muñeca. Se suponia que debia mantener ciego al halcon, pero no tenia valor para hacerlo; en vez de eso intento sentarse donde el pajaro pudiera verlo mientras le tocaba y le acariciaba las alas, deseando con todas sus fuerzas que aprendiera a confiar en él. Le daba de comer con la mano, y al principio el halcon se nego a comer. Mas tarde comio con tanta ferocidad que el pico hirio al niño en la palma de la mano. Pero el niño estaba contento, porque era un progreso, y porque queria que el pajaro le conociese, incluso aunque el ave le dejara sin sangre para conseguirlo.
Empezo a ver que el halcon era hermoso, que sus alas delgadas estaban pensadas para la velocidad en el vuelo, que era fuerte y rapido, feroz y delicado. Cuando descendia hacia el suelo, se mvia como la luz. Cuando aprendio a describir un circulo y posarsele en la muñeca, el casi grito de jubilo. A veces el ave saltaba a su hombro y ponia el pico en sus cabellos. Sabia que su halcon le queria, y cuando estuvo seguro de que no solo estaba domesticado sino perfectamente domesticado, fue a su padre y le mostro lo que habia hecho, esperando que se sentiria orgulloso.
Pero en vez de eso, su padre tomo al ave, ahora domesticada y confiada, en sus manos y le rompio el cuello. Te dije que hicieras que fuese obediente -le dijo su padre, y dejo caer el cuerpo sin vida del halcon al suelo-. Pero tu le has enseñado a quererte. Los halcones no existen para ser mascotas: son feroces y salvajes, despiadados y crueles. Este pajaro no estaba domado; habia perdido su identidad.
Mas tarde, cuando su padre le dejo, el niño lloro sobre su mascota, hasta que finalmente el padre envio a un criado para que se llevara el cuerpo del ave y lo enterrara. El niño no volvio a llorar, y nunca olvido lo que habia aprendido: que amar es destruir, y que ser amado es ser destruido...

Interesante historia, aunque hay muchos puntos de vista... no estoy de acuerdo en todo.

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